Las tensiones entre la Unión Europea y China han escalado bruscamente, ya que la UE impuso sanciones a bancos y empresas chinas acusadas de ayudar en el esfuerzo bélico de Rusia en Ucrania. En respuesta, China ha emitido fuertes protestas y amenazado con represalias, advirtiendo a la UE que deje de perjudicar sus intereses económicos. Los líderes de la UE, incluida Ursula von der Leyen, han dejado claro que la relación de China con Rusia es ahora el 'factor determinante' en los lazos UE-China, instando a Beijing a utilizar su influencia para presionar a Rusia a poner fin a la guerra. A pesar de los llamados al diálogo, ambas partes siguen en un punto muerto, con China negándose a cambiar su postura y criticando las sanciones occidentales. El enfrentamiento marca un punto de inflexión crítico en la diplomacia global, con implicaciones significativas para el comercio, la seguridad y el futuro del conflicto en Ucrania.
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